A 20 km. al este de Lima, y a 380 msnm., se encuentra el apacible valle de Cieneguilla. Los restos arqueológicos, descubiertos en este valle, describen la historia de grandes culturas como la Maranga, Guaycán e Ichma. La Luna fue el Dios de la cultura Guaycán y para rendirle culto, sacrificaban a las mujeres vírgenes de su pueblo, al mismo tiempo que creían en la inmortalidad motivos por el cual a sus muertos los enterraban con sus alimentos. Esta Cultura fue el asiento urbano rural más importante después del de Pachacámac dentro del Valle Lurín. En cuanto a la cultura Itchma dejo un legado importante con los restos arqueológicos de Huaycán: Centro donde se realizaban cultos, ritos, ceremonias y observaciones astronómicas. En 1553, durante la invasión española, el conquistador Hernando Pizarro viaja a través del camino real, que era el centro de paso entre los andes y Mamacona (principal centro de adoración). Hoy, en Cieneguilla queda aún vestigios de este increíble camino inca.
Cieneguilla se crea políticamente en el año de 1970 y hoy esta pequeña villa con sol durante todo el año es uno de los lugares predilectos de los limeños para pasar espléndidos fines de semana. Al arribar al valle, desde el kilómetro 17 hasta el óvalo del distrito se encuentra la zona comercial local, más conocida como Tambo Viejo. El óvalo de Cieneguilla es el punto de partida hacia Huarochirí, a Pachacamac y Lurín (Sur) y un acceso a la zona agrícola del lugar. A un kilómetro del óvalo, carretera a Lurín, se encuentra la ex hacienda Cieneguilla, donde hace años se cultivaba el algodón. En dicho lugar se encuentra la que fue casa de Don Nicolás de Piérola, casona donde se cuenta habitó en los años de la Guerra del Pacífico. Siguiendo por la misma carretera se tiene acceso a Manchay, una linda campiña donde se produce la mayor cantidad de fresas de Lima. A lo largo del valle hay muchos lugares que deslumbran por su vegetación natural, el ingreso al río Lurín es libre y uno puede darse un buen "chapuzón" sin problemas por no estar contaminado aún.
Los Restaurantes campestres se ubican a lo largo de la Avenida principal (Nueva Toledo) y su prolongación (carretera a Huarochirí); allí, los visitantes pueden saborear deliciosos potajes tradicionales y disfrutar de amplias zonas recreativas, campos deportivos, piscinas, juegos, entre otros.
viernes, 27 de mayo de 2011